¿Quién fue Drácula?

El rastro de sangre de Bram Stoker

Portada de Who was Dracula? de Jim Steinmeyer

En este libro de narrativa dinámica, novelesca por momentos, Steinmeyer nos lleva detrás del telón (literalmente) de la creación del Drácula de Bram Stoker. Nos pinta un retrato del genio, su entorno y su obra. Es una biografía doble: la del creador y la de su creación, Stoker y Drácula. Para el público en general, los detrás de cámara tienen un especial atractivo. Y para los escritores, siempre será fascinante descubrir los secretos de la inspiración ajena, en especial si esta inspiración se ha materializado en la creación de un personaje que ha trascendido el tiempo, las épocas y los vaivenes de la modernidad. El vampiro es un perfecto ejemplo de resiliencia en la literatura. El conde de sangre ideado por Bram tiene en su ADN genes de Vlad Tepes, Henry Irving, Oscar Wilde, Walt Whitman y otros personajes del entorno de Stoker.

En palabras de Steinmeyer:

“¿Quién inspiró al personaje de Drácula? […] Drácula es un pastiche de personajes históricos vivos, hombres rodeados por el escándalo y la controversia, personalidades desbordantes que parecían venir desde las brumas del siglo XIX y ejercer su influencia, tal y como el vampiro de Stoker más tarde parecería materializarse desde las sombras de un castillo de Transilvania y lanzar su hechizo.”.

Retrato de Henry Irving como Mephistófeles, del Goethe de Fausto (circa 1886), de los archivos del Harry Ramson Theater

Henry Irving, por ejemplo, fue el jefe de Bram Stoker, la persona para la que trabajó y a quien admiró por más de veinte años. Irving fue un famosísimo actor, productor teatral, genio e innovador de los efectos especiales en el escenario, y director del teatro el Lyceum, uno de los más prestigiosos de Londres para el último tercio del siglo XIX. Stoker, a su vez, fungió de director interino y comercial por muchos años. Uno de los papeles mejor interpretados por Irving, y que parece haber ejercido una enorme influencia en Stoker en el imaginario de su personaje fue el de Mefistófeles, en el Fausto de Goethe.

El inmenso Oscar Wilde no solo fue su contemporáneo, sino además su compañero de estudios y

Florence Stoker

miembro de su esfera íntima. Tan íntima que incluso compartieron cierta categoría de rivalidad: la que se convertiría en esposa y madre del hijo de Stoker, Florence Balcombe, luego Stoker, fue primero pretendida de Wilde.

El no menos inmenso Walt Whitman fue admirado por un joven Stoker que, al igual que sus compañeros de estudios de la época, leía a Whitman casi como un libro prohibido. Le escribió una fervorosa y, en cierto modo cándida carta que Whitman tuvo la cortesía de responder desde el otro lado del Atlántico. Se conocerían años después, con motivo de una de las giras teatrales que llevaron a Stoker y a Irving a América. Ya podemos imaginarnos cómo transcurrió eso: piensen cómo se sentirían ustedes si tuvieran la oportunidad de sentarse a conversar en una tertulia de un estrecho círculo de amigos con su escritor favorito. Suertudo Stoker.

Walt Whitman y Bram Stoker

Y en cuanto a Vlad Tepes… eso es material para otra entrada.

5/2025

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